martes, 20 de septiembre de 2011

Huaca de la Luna

El complejo arqueológico Huacas del Sol y de la Luna incluye dos grandes pirámides truncas, la Huaca Las Estrellas, Huaca del Cerro Blanco, geoglifo de la Araña y otras construcciones ubicadas en la costa norte del Perú, en un paisaje caracterizado por la imponencia del Cerro Blanco, la vegetación que crece gracias a las aguas del río Moche y la cercanía al mar. Ambas huacas constituyeron el centro del poder del milenario pueblo mochica, que se desarrolló entre los años 100 y 900 d.c. 

Actualmente el complejo arqueológico, también conocido como Huacas de Moche, abarca unas 60 hectáreas de extensión. Ambas huacas están separadas por una explanada de unos 500 metros, donde aún se conserva bajo tierra el centro urbano que albergó a la élite moche. Algunos investigadores sostienen que el reino mochica cayó por el impacto generado por el fenómeno de El Niño, que periódicamente causa lluvias torrenciales e inundaciones en la costa norte del Perú.


Al caer el reino Moche, sus territorios fueron ocupados sucesivamente por los pobladores de las culturas Lambayeque y Chimú, descendientes de los Moche. Alrededor de 1470 los Chimú fueron vencidos por los incas, poco antes de que los españoles desarticularan al imperio inca, el Tahuantinsuyo. La Huaca de la Luna está situada frente a la huaca del Sol, adosada al cerro Blanco. Este cerro fue considerado como un sitio sagrado, por su forma piramidal y  su color claro. La huaca de la Luna está compuesta por tres plataformas y cuatro plazas ceremoniales. Su  extensión es de 290m. por 210 m.

Se han descubierto seis edificios superpuestos, construidos en unos 600 años. Cada edificio fue utilizado un promedio 100 años, al término de este periodo  el edificio era cubierto con bloques de adobe para construir el nuevo en la parte superior. Posiblemente esto estaba asociado con un calendario ceremonial. Dentro del viejo edificio se construyeron cámaras funerarias para el entierro de sacerdotes. La entrada original está orientada al norte, lugar donde se ubica la gran plaza ceremonial, que tiene una extensión de 180m. de largo por 90m. de ancho. La plaza está en proceso de excavación. Desde ella es posible observar la fachada escalonada que estuvo bellamente decorada con relieves policromados, pintados con ocre mezclado con el líquido del cactus.

En el primer escalón  se ven representaciones de guerreros portando sus armas, éstos llevaban  una soga jalando a prisioneros desnudos. Los otros escalones corresponden a : danzarines u oficiantes tomados de la mano que visten túnicas rojas; arañas gigantes que portan el tumi o cuchillo ceremonial; guerreros con peces en las manos; felinos con cuerpo de reptil que llevan en las garras la cabeza de una persona ,y finalmente una larga serpiente. En una fachada más antigua está representado el dios Ai-Apaec  o Decapitador que sostiene en su mano izquierda un cuchillo y en la derecha la cabeza de un sacrificado, en su cintura lleva puesto un cinturón de serpientes que remata en cabeza de cóndor.

En el interior del templo hubo patios ceremoniales. En uno de ellos se ubicó el recinto del sacerdote principal desde donde tenía una buena vista de la plaza principal. En otro patio más grande, de 60 m. por 40m. está representado el rostro del  dios  Ai-Apaec, rodeado por un rombo de fondo negro con 16 cabezas de serpientes estilizadas en su interior. Se han hallado también alrededor de una formación rocosa, numerosos esqueletos de guerreros sacrificados. Lo peculiar, es que todos los restos óseos  son de hombres y presentan huellas de cortes en diversas partes del cuerpo.


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